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14M: Un año de pandemia

Ha pasado ya un año desde que este mal sueño comenzó, desde que el Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, compareciera ante los medios anunciando la declaración del primer Estado de Alarma a consecuencia de la emergencia sanitaria causada por el SARS-CoV-2 (COVID-19), que puso en alerta a todo el planeta vaciando las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades pero colapsando, por desgracia, las Unidades de Cuidados Intensivos de nuestros hospitales poniendo a prueba en más de una ocasión la fuerza y la dedicación de todo el personal sanitario; esos miles de hombres y mujeres que diariamente se jugaban la salud y, en no pocas ocasiones la vida, luchando contra un enemigo invisible convirtiéndose en héroes sin capa a quienes cada tarde, a las 20:00 horas en punto, reunía a toda España en las terrazas y balcones para darles el más que merecido aplauso; grito de fuerza con el que tratábamos de alentar las fuerzas de quienes hacían todo lo posible por no rendirse.

 

Esta pandemia nos ha separado, ha hecho que los besos y los abrazos queden aparcados en un lugar del tiempo en el que han sido sustituidos por saludos con la mirada y en el que una mascarilla ha ocultado nuestra sonrisa que, aún así, sigue siendo una de las armas más fuertes para plantar cara al virus. Comenzamos a vernos por videconferencias, algunas que parecían no tener fin y otras que no queríamos que acabaran jamás para no sentirnos tan solos dentro de nuestras cuatro paredes.

 

Muchas son las vidas que se han quedado en el camino; muchos quienes desafortunadamente han perdido sus puestos de trabajo o se han visto obligados a bajar temporalmente la persiana de su negocio a consecuencia de este “bicho” que nos ha cambiado la forma de vivir de la noche a la mañana.

 

Trescientos sesenta y cinco días después seguimos luchando contra este enemigo cruel pero con la esperanza de que cada vez estamos más cerca de derrotarlo, aunque no debemos perder el sentido de la responsabilidad; no debemos salvar épocas estivales que de poco o nada sirvan. Hoy contamos con la fuerza de las vacunas, un aliciente más para seguir peleando contra el virus y, más pronto que tarde, tratar de conseguir volver a la tan ansiada “antigua normalidad”.

 

Ha pasado un año y aún no podemos afirmar con total certeza cuánto tiempo nos resta en esta batalla; pero lo que si podemos afirmar es que el virus nos ha cambiado a todas y todos de alguna forma: nuestra forma de vivir, de expresarnos, de compartir momentos con nuestros seres queridos y hasta la forma de comunicarnos. Nos ha cambiado todo sin esperarlo y sabemos que debemos seguir siendo responsables para acabar con este virus cuanto antes.