Con ayuda de cal viva, piedras, palos y excrementos para disuadir a la policía, unos 600 inmigrantes del África Subsahariana entraron este Jueves en Ceuta tras saltar la doble valla metálica fronteriza, según indican las autoridades españolas.
Este salto que, según informan, ha sido el más importante desde que en Febrero de 2017, 850 africanos saltaran la valla en apenas cuatro días.
Pero lo que hoy nos incumbe no es el hecho de que estas personas, que buscando un futuro mejor hallan decidido pasar a tierra española sino la forma en la que se han producido los hechos. Si bien es cierto que, en la capacidad de nuestras posibilidades, puesto que en España aún vivimos tiempos de precariedad laboral y muchas familias aún siguen viviendo momentos duros, consecuencia de la dura crisis económica y social; lo que de verdad me invita a decir un ¡NO! rotundo a esta entrada ilegal es que se ha producido por la fuerza.
Es conocido en todo el mundo que España ha sido y es un país solidario, pero no debemos tolerar que esa solidaridad sea causa de fuerza para que nuestros agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se vean inmersos en un ataque que no debería haberse producido.
Hoy quiero mostrar mi total apoyo a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil y, si que mis palabras sean mal interpretadas o acusadas de racismo, digo ¡NO! a esta entrada a la fuerza a en España, en nuestra tierra, en las que muchas familias aún siguen siendo víctimas de la crisis y pido que aquellas personas que han empleado la fuerza sean devueltas a su país de origen o juzgadas por estos ataques.